Anales de la RANM

27 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 S U P L E M E N T O Arturo Fernández-Cruz Pérez SESIÓN NECROLÓGICA EN MEMORIA DEL PROF. JOSÉ MARÍA GIL VERNET An RANM. 2021;138(01).supl01: 25 - 27 También colaboró con los urólogos franceses Prof. A. Steg y Prof. L. Boccon-Gibod, con los belgas C. Schulmann y H. van Poppel, con el alemán Prof. Hohenfellner, con el venezolano Prof. J. Regetti y con el italiano Prof. Selvaggi. El ruso Prof. Lopatkin que también lo invitó a operar a Moscú. Tenía especial amistad con el urólogo Belga W. Gregoir que compartía con el hobby de la caza. Alrededor de este profesional inigualable se creó la necesidad de incorporarle a la vida Universitaria al máximo nivel. Por ello fue nombrado Catedrático Extraordinario por el rector Estapé en 1975. Ha sido un hombre bravo, y caballeroso, en un principio alegre de espíritu, apasionadamente aficionado a su urología, a la caza y amigo del pueblo. La villa de Vandellos le eligió como hijo predilecto. El trabajo constituye para Gil-Vernet su placer y solo en este constante empleo de energía tiene conocimiento de su vitalidad con gozo. Me gustaría para terminar descubrir ante ustedes el otro gusto de Jose Maria Gil Vernet, que es la caza, que no le hace perder el otro que como ya he mencionado era el trabajo. Les presento una serie de momentos que ilustra esta pasión o hobby que practicaba con asiduidad. No sorprendo a nadie si afirma que la caza ha sido un tema artístico muy tratado a lo largo de la historia. He aprendido a admirar a los cazadores. Imaginamos la caza en soledad que en algunos la tiene pero muy al contrario la mayoría de las veces, requiere una tribu que te acompaña en esta ancestral práctica deportiva. Su práctica tiene muy en cuenta, el equilibrio medio ambiental con impacto económico y social. De muchacho y durante los años de la guerra civil el joven Gil-Vernet cazaba en la sierra de Vandellós conejos y perdices y pescaba en la playa de Cadaloques. En la caza menor que era la que con mayor frecuencia practi- caba juegan un papel determinante los perros de caza. De ahí que os muestre a sus mejores amigos de los que no se separaba en esta última etapa de su vida ni para dormir (Frida, Tula, Toy, Crisli, Trasto, Drac, Duna, Prosta, Xana..). Eran ellos su compañía inseparable hasta que cumplió los 96 años, acompañándole con su hijo al campo. Los vínculos entre cazador y su can son realmente estrechos e inquebrantables. Es el compañero inseparable de todas sus actividades, su colabo- rador, su nariz su oído y sobretodo su instinto. La compenetración entre ambos es imposible de superar, se convierte en uno más de la familia Pero su espíritu creativo lo aplicó también a la cinegética. De su hijo Jose Maria aprendí que ya era capaz de diseñar, en su adolescencia, originales trampas para capturar pinzones o mejorar la reutili- zación del pistón en el cartucho. He mencionando a la Familia en diferentes ocasiones a lo largo de mi charla. Quiero dejar constancia que ha sido un gran padre de familia como modelo a seguir. Este ser humano especial, siguió con su actividad científica y quirúrgica hasta mucho después de su jubilación. Su última intervención fue una pieloli- totomía por litiasis coraliforme y la llevó a cabo en el Hospital Virgen Macarena de Sevilla, aunque, según sus palabras: “encontró algo cansados a sus ayudantes”. Siempre he defendido en mi lucha contra las enfermedades crónicas, que no son estas el problema. El único problema es la muerte que se convierte en una anécdota que de momento asumimos con resignación. Soy consciente que ante esta figura gigantesca, tal vez por mis limitaciones, he hecho un retrato de poco valor. Nietzsche asertaba que todo genio, y Jose Maria lo era, lleva una máscara. Yo no he llegado a descubrirla pero coincidirán conmigo, que su endemoniada capacidad de trabajo, su afán de saber y la atracción a una profesión, la urología, podrían constituir parte de los aderezos de la misma. El profesor Jose Maria Gil-Vernet ha llegado a la ribera opuesta, ha cruzado el rio de la vida y en su última mirada imagino, contempla los hombres y mujeres en la ribera abandonada. Creo sincera- mente que expresa la despedida de una genera- ción. Siguiendo los dictados de mi conciencia he resumido ante ustedes mi versión de los hechos. No se puede valorar una fuerza si no se conoce su resistencia ni una acción si no se conocen sus sacrificios. En esta comedia de la vida las personas tienen destinos y deparó para el maestro Gil-Vernet el más grande que hoy festejamos en su memoria. Es fácil ser agradecido. El agradecer es un acto difícil pues requiere una tranquilidad del corazón que yo no tengo. Hay algo que me inquieta sobremanera y es la de saber si realmente merezco el honor que la Academia acaba de dispensarme, con su precep- tivo incondicional agradecimiento al Maestro Gil-Vernet, que nos deja una huella imborrable y que siempre será nuestro. DECLARACIÓN DE TRANSPARENCIA El autor/a de este artículo declara no tener ningún tipo de conflicto de intereses respecto a lo expuesto en el presente trabajo. Si desea citar nuestro artículo: Fernández-Cruz Pérez A. Sesión necrológica en memoria del Prof. José María Gil Vernet. An RANM. 2021;138(01).supl01: 25- 27. DOI: 10.32440/ar.2021.138.01.supl01. art06

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