Anales de la RANM

37 A N A L E S R A N M R E V I S T A F U N D A D A E N 1 8 7 9 ELOGIO DEL DR. JUAN JIMÉNEZ COLLADO Francisco González de Posada An RANM. 2021;138(01).supl01: 37 - 39 Autor para la correspondencia Francisco González de Posada Real Academia Nacional de Medicina de España C/ Arrieta, 12 · 28013 Madrid Tlf.: +34 91 547 03 18 | E-Mail: secretaria@ranm.es DOI: 10.32440/ar.2021.138.01.supl01. art08 Enviado*: 03.11.20 | Revisado: 13.11.20 | Aceptado: 10.12.20 1. Debo comenzar manifestando en primer lugar mi completa solidaridad con las magníficas y bellas palabras necrológicas de nuestro compañero, el eminente Dr. D . Pedro Guillén , discípulo entrañable, respetuoso y entregado a la vida y al recuerdo de su maestro, profesor Juan Jiménez Collado . ¡Excelente laudatio del colaborador y amigo dado a glosar el legado excepcional del académico que se nos ha ido, pendiente de él hasta el último momento de su vida, dedicándole una atención continuada, exquisita, de generosa y encomiable humanidad! Sí, excelente Discurso de despedida. ¿Puede decirse algo más? Prácticamente nada, dada su complitud y el cariño expresado en el recuerdo, ofreciendo lo pormenori- zado y lo enaltecido, lo intelectivo y lo sensitivo, la verdad y el amor. Así con el Profesor Guillén me uno con sus palabras al “reconocimiento de grandezas y ejemplaridad gozosa y en muestra de gratitud”, expresión clave en este recuerdo póstumo. No tendría nada que decir, pero siento la necesidad, en cumplimiento del deber de gratitud y de difundir el legado del maestro, de la obligación de participar en esta memoria académica de nuestro compañero. Serán unas desperdigadas palabras de mi relación personal con él y una breve glosa de sus postreras actuaciones y de su legado vital primordial. 2. Mi contacto con la Anatomía en tanto que disciplina científica médica tuvo lugar a partir del encuentro con el Profesor Pedro Gómez Bosque desde mi estancia en Santander. A finales de los años 70 en la Facultad de Medicina de Cantabria, entonces con un exiguo número de catedrá- ticos, existían, creo recordar, nada menos que tres catedráticos precisamente de Anatomía, todos ellos provenientes de Valladolid discípulos de Gómez Bosque. De esa universidad castellana dependían las primeras facultades de la Universidad de Santander, después de Cantabria durante mi rectorado. Hombre enormemente culto, íntegro y de humildad extrema, Gómez Bosque representaba, aunque fuera reducida, una escuela de Anatomía con su particularidad. Con ocasión de la sugerencia que nos hacía el profesor Luis Bru y con él Amador Schüller conocimos al doctor Juan Jiménez Collado , miembro relevante de la prestigiosa escuela creada por Francisco Orts Llorca. Gómez Bosque y Jiménez Collado pertene- cían a distintas escuelas universitarias, poseían diferentes creencias y asumieron diversos compro- misos, en los dos ejemplos, claros y firmes. Confieso que aprendí mucho de ambas escuelas y de ambos maestros. Las visiones prioritariamente antropoló- gicas y filosóficas del primero y las embriológicas y católicas del segundo me aproximaban, cultivaban y animaban al conocimiento del ser humano desde perspectivas científicas y éticas, claramente comple- mentarias y mutuamente enriquecedoras. 3. Juan Jiménez Collado, natural de San Roque, provincia de Cádiz, se hizo pronto, por motivos de estudio, gaditano en y de la capital. Mucho hablamos de nuestra común ciudad de Cádiz . Sus recuerdos de la Facultad gaditana, donde estudió la carrera, obteniendo el premio extraordinario, hizo el doctorado con análogo resultado y dio sus primeros pasos como profesor, supusieron quince años desde la juventud a la madurez. Se integró en la cátedra de Anatomía regentada por Antonio López Rodríguez , discípulo y sucesor de Orts Llorca. Paralelamente a la cátedra, colaboraba con el maestro en una clínica de cirugía que disfrutaron primero en la calle Ancha y después en la plaza de Mina. ¡Cuántas veces me recordó su quehacer como cirujano allí con mi compañero de colegio, posterior catedrático de Anatomía en Cádiz, Juan Antonio Copano Abad! No era frecuente, al margen de la referencia Cádiz, que divulgara su quehacer profesional como cirujano . Esta faceta de su vida la coronaría formalmente con la obtención del título de ‘Especialista en Cirugía General’ del Ministerio de Educación y Ciencia en 1980. Con su cariño a Cádiz , me recuerdan mis compañeros de Colegio que cursaron medicina, integrado en la ‘escuela de Orts Llorca’ de la que formaba parte López Rodríguez, se aficionó necesariamente y se entregó después a la tarea de la construcción de una enorme embrioteca ‘personal’ que continuaría en Madrid y tenía a gala incrementar y conservar con la lógica preocupación por su futuro. Junto a la embrioteca, según recuperan los colaboradores en su memoria, se había encariñado con una grande y antigua mesa de disección de mármol objeto que también era motivo de su frecuente recuerdo. Poseía una casa en Cádiz en la glorieta Ingeniero La Cierva, en el centro de la playa de la Victoria, donde residía en sus veranos en la ciudad, pero, como nos ha recordado el Prof. Guillén, no pudo disfrutar de la Tacita de Plata en los veinte últimos años. ¡Cómo agradecía la recepción de mariscos del famoso restaurante Romerijo del Puerto de Santa María! Con ellos recibía a Cádiz A R T Í C U L O · Vida Académica 2020 ELOGIO DEL PROF. JUAN J IMÉNEZ COLLADO Francisco González de Posada Académico de Número de la Real Academia Nacional de Medicina de España - Arquitectura e Ingeniería Sanitarias

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