Resumen
“Paseos por la Historia de la Medicina en Madrid” trata, como expresa el subtítulo del libro, de la la vida médico-sanitaria de la ciudad. Las visitas a los edificios en que se desarrollaron los acontecimientos representan un viaje al pasado con perspectiva histórica, lo que nos permite recordarlo, nos obliga a valorarlo y nos estimula a sentirnos orgullosos de él. El mérito no es sólo del personal sanitario (médicos, biólogos, enfermeras, matronas, técnicos, practicantes, auxiliares, celadores, secretarias, etc.), sino que también han participado en ese proceso arquitectos, políticos, farmacéuticos, organizaciones religiosas, abogados, filántropos, escritores, sociedades científicas, etc.
Así pues, este libro tiene tres objetivos. Primero, contar, a través de una serie de diez recorridos por el centro de Madrid, la historia de cómo los servicios de salud se fueron desarrollando hasta la actualidad. En segundo lugar, esos paseos pretenden preservar nuestro legado, aunque algunos de los edificios hayan perdido sus funciones originales e incluso éstas hayan sido sustituidas por otras. En tercer lugar, pretendemos que se comprendan mejor los retos a los que actualmente se enfrenta la sociedad para mejorar el cuidado de la salud en el siglo XXI, puesto que hay más lecciones que aprender del pasado de las que tradicionalmente se han reconocido.Abstract
The book “Walking the History of Medicine in Madrid” deals, as expressed in the subtitle, with the medical-sanitary life of the city. The visits to the buildings in which the events took place is a journey into the past with a historical perspective, which allows us to remember it, forces us to value it and encourages us to feel proud of it. The merit is not only of the health workers (doctors, biologists, nurses, midwives, technicians, practitioners, assistants, wardens, secretaries, etc.), but also shared by architects, politicians, pharmacists, religious organizations, lawyers, philanthropists, writers, scientific societies, etc.
In summary, this book has three main objectives. First, to offer, through ten tours around Madrid, how health services have changed along the time until the present. Secondly, these walks try to preserve our legacy, although some buildings have lost their original functions and have even been replaced by others. Third, we seek a better understanding of the challenges that society is currently facing to improve health care in the 21st century, since there are more lessons to be learned from the past than have traditionally been recognized.Palabras clave: Historia de la medicina; Hospitales; Instituciones Sanitarias; Vida médico-sanitaria de Madrid.
Keywords: History of Medicine; Hospitals; Health Institutions; Medical life of Madrid.
INTRODUCCIÓN
Comenzaré mi exposición explicando las características del libro en cuanto a la estructura y su contenido, para, posteriormente, hacer algunas consideraciones o reflexiones sobre las humanidades médicas.
La vinculación de Madrid a la actividad científica del país es muy importante. Esta circunstancia se percibe desde la época de la Ilustración, por la doble condición de capital y metrópoli, y se acentúa en los siglos XIX y XX. Como centro de la vida médica de España hasta bien entrado el siglo XX, es en Madrid donde tienen lugar los acontecimientos médico-sanitarios más importantes y, por lo tanto, es la ciudad en la que se resolvieron los conflictos sanitarios y se produjeron las innovaciones. Por consiguiente, podemos afirmar que la ciudad de Madrid refleja en sus calles una parte de nuestra razón histórico-medica.
En el paisaje urbano de Madrid hay elementos que nos recuerdan el trabajo médico sanitario realizado a lo largo de los siglos. Julián Marías escribió que “normalmente el individuo vive en una ciudad que no han hecho sus coetáneos, sino sus antepasados; es cierto que la transforma y modifica, sobre todo la usa a su manera, descubriendo en ello su vocación peculiar; pero, por lo pronto, es una realidad recibida, heredada, histórica” (1). Por eso, desde el punto de vista histórico-médico el paisaje urbano está visualmente estratificado. Los edificios de las instituciones fueron construidos en diversas etapas y con distintas funciones, y además sufrieron progresivamente reformas que eran producto de la dinámica de la medicina a lo largo de los años. Aunque ya no se conservan algunos de los edificios más importantes en la historia del cuidado de la salud, otros muchos siguen en pie, lo que nos permite seguir reconociendo la importancia que tuvieron y, a la vez, otorgar esa importancia a otros que históricamente han estado infravalorados.
La ciudad alberga lógicamente monumentos (grupos escultóricos, estatuas, bustos, monolitos, lápidas) que recuerdan a sus médicos, ya sea en sus calles, plazas y parques o en el interior de sus instituciones. Muchos de ellos están a la vista del viandante y son conocidos del gran público. Otros son casi confidenciales, y algunos incluso de acceso restringido.
La ciudad de Madrid, podemos decir que en sus calles está reflejada una parte de nuestra razón histórico-médica. Esta “guía” de la ciudad de Madrid titulada “Paseos por la Historia de la Medicina en Madrid”, se ha diseñado como un recorrido a través de sus calles para mostrar los edificios relacionados con la Sanidad. Madrid conserva, aún hoy día, con alto grado de integridad, la memoria de las instituciones sanitarias. La visita a los edificios hospitalarios nos permite colocarnos en el contexto del ejercicio médico de la época, aunque ahora cumplan otra función. Los hospitales nos sitúan en la vertiente social de la asistencia, donde los alardes técnicos de la arquitectura tuvieron que adaptarse a los principios sanitarios del momento. En suma, entendiendo la medicina no sólo como el arte de curar las enfermedades, sino también de conservar la salud, este paseo iconográfico por la cuidad de Madrid no puede excluir al resto de edificios que se relacionan con la medicina.
En el argumento del libro, las instituciones médico-sanitarias de la ciudad de Madrid desempeñan un papel principal, independiente de su aspecto arquitectónico, ya que hay que mirarlas desde el histórico-medico. La sinopsis o resumen de la obra se encuentra en el subtítulo: vida médico-sanitaria de la ciudad. El libro va dirigido básicamente a los médicos y de una manera singular a los profesionales interesados por el pasado histórico-médico en la ciudad de Madrid. Aunque, nuestro objetivo es que este libro sea una guía, que sirva tanto a los lectores médicos, como a los ajenos a esta profesión, pero interesados en el pasado histórico de la ciudad. No vamos ahora a recordar su contenido de forma pormenorizada, pero si ofrecer las claves que facilitaran su lectura y desearía que resultasen útiles.
El libro consta de dos bloques. o apartados: Parte I o Introducción – en la que se exponen los factores de cambio en la medicina madrileña – y una Parte II fraccionada en 10 capítulos, en los que aparecen los diez paseos. Se cierra con un índice onomástico y se completa con la pertinente bibliografía y una extensa iconografía.
En cuanto a la Parte I o Introducción se inicia, con un texto de Laín donde nos recuerda que medicina y asistencia sanitaria no son conceptos exactamente iguales. La primera (la ciencia y arte de precaver y curar las enfermedades del cuerpo humano) es una tecnociencia. La segunda es un modo de organización social, por la que las personas tienen derecho a percibir una prestación de la seguridad social y reciben atención de la medicina. La primera se rige por decisiones médicas, y la segunda por decisiones políticas. Los muchos cambios y el gran desarrollo que se han producido en el ejercicio de la medicina y la atención sanitaria de los ciudadanos de Madrid no se entienden sin analizar, aunque sea de forma muy general, los hechos y factores básicos que los impulsaron así cómo y cuándo aparecieron en nuestra ciudad. Fueron la llave del progreso. Han intervenido en todo ello factores relacionados con la financiación, la estructura, la organización y la localización de los servicios, junto a hechos científicos, económicos, políticos, demográficos, éticos y filosóficos. Así, como ha señalado Rosen, “el simple progreso del saber médico no asegura por sí mismo su aplicación. El ambiente social y el entorno intelectual han de crear condiciones favorables para que la ciencia se pueda llevar a la práctica” (2).
Esta es la razón de las reflexiones que hacemos en este apartado sobre los elementos y causas que hicieron cambiar la situación médico-sanitaria de Madrid. Sus vestigios señalarán la dirección de nuestros paseos. Para mayor claridad, hemos clasificado esos factores de cambio en nueve categorías: 1) cambios socio-demográficos; 2) evolución del ejercicio profesional; 3) la medicina hospitalaria; 4) cambios en el concepto de enfermedad; 5) actitudes sociales: la beneficencia; 6) medicina social y salud pública (enfermedades sociales); 7) evolución de la tecnología médica; 8) religión y medicina, y 9) las guerras civiles.
La parte II, está dedicada a “Los diez paseos médicos por Madrid” y al igual que en el anterior, se encabeza con otro texto de Laín como epígrafe. Los diez paseos que proponemos son una guía para un viaje desde el pasado hasta la actualidad. Estos recorridos urbanos se acompañan de una información que ilustra al lector sobre aspectos de la ciudad relacionados con la salud, la enfermedad y la medicina. Porque la mejor manera de apreciar la historia de la ciudad enferma es caminar por sus calles para tener sensaciones de primera mano y comprender el significado cambiante de lo que sus habitantes han hecho como individuos y como familias, y de cómo han actuado los profesionales, las instituciones y los propios ciudadanos para proteger su salud, su bienestar y sus vidas. En el mundo occidental, la mayoría de la gente ha reducido dramáticamente la actividad física. Es irónico que una actividad tan universal como caminar quede reservada para jubilados y gente ociosa. El aumento de nuestra actividad física diaria deja una huella positiva en nuestra salud: contribuye, entre otras cosas, a reducir la tensión arterial, la grasa corporal y las cifras de colesterol, así como el riesgo de enfermedad coronaria y accidente cerebro-vascular. Aun sin evidencia científica, la mayoría tenemos probablemente la impresión de que caminar es saludable. En 1913, el historiador británico G.M. Trevelyan escribió: “tengo dos médicos, mi pierna izquierda y mi pierna derecha. Cuando el cuerpo y la mente están en punto muerto sé que solo tengo que llamar a mis médicos y me volveré a encontrar bien” (3). Este acertado consejo es una invitación formal al lector a que realice los paseos. La entrañable y generosa ciudad que es Madrid nos sorprenderá si vamos con la mente y los ojos abiertos y con unos conocimientos mínimos de su historia medica-sanitaria.
Los “Diez paseos médicos por Madrid” que hay en esta Parte segunda, son una guía para un viaje desde el pasado hasta la actualidad, y son:
- Desde el vestigio de un hospital gótico-mudéjar hasta un servicio médico-sanitario del siglo XXI.
- Del abandono infantil a la lucha sanitaria contra la mortalidad infantil, las enfermedades venéreas y la insalubridad de la ciudad.
- Por la cuna de la ciencia médica.
- De la beneficencia a la socialización de la medicina. Madrid recuerda a sus médicos en el parque del Retiro.
- Los hospitales de cofradías, el Senado médico y la Escuela de Puericultura.
- Tras las huellas de los hospitales de convalecientes y especializados.
- Las Instituciones de Sanidad Militar y el área médica de la Ciudad Universitaria.
- Los centros sanitarios de la Beneficencia Provincial.
- Cuidado del convaleciente, rehabilitación del herido y la enfermería como profesión científica.
- La herencia de Cajal. La modernización de la medicina española. Homenaje de Madrid a Marañón.
Unas reflexiones sobre la estructura del libro. Tanto del texto, citas y bibliografía como de las ilustraciones.
A) Texto: Es de aceptación general, que el medio fundamental de comunicación humana es tanto el lenguaje hablado como el escrito, ya que como sostenía Herbert Marshall McLuhan (4) somos, habitantes de la Galaxia Gutenberg, aunque el vislumbrase una pronta desaparición del libro. Se concibió el libro como un texto que facilite una información histórica y analítica. Una aclaración relacionada con los apartados del texto es una advertencia sobre su lectura. No está concebido este libro para que sea su lectura exclusivamente lineal. Puede ser radial o puntual de los pasajes que solamente interesen. Todos los capítulos se ensamblan, pero conservando su individualidad, lo que puede permitir su lectura aislada. De ahí que ordenamos el texto de la siguiente forma:
1) Señalando debajo del plano urbano de cada paseo el comienzo y final, con referencia a una estación de metro, la distancia y duración con cifras aproximadas.
2) Los paseos se numeran según el orden de aparición seguido de un título que hace referencia a las tareas médico-sanitarias de las instituciones más importante del recorrido. Orienta al lector sobre el itinerario. Cada paseo gira generalmente en torno al tema principal, a partir del cual se organiza la sucesión de sitios a ver, que guardan entre sí una relación que, como fácilmente se comprende, no puede ser ni cronológica ni temática, ya que el diseño es obligatoriamente geográfico. Los diversos itinerarios recorren el centro de la ciudad se han elegido procurando que el conjunto fuese proporcionado, buscando los recorridos con mayor número de edificios conservados y a la vez representativos de alguna faceta del quehacer médico-sanitario en Madrid.
3) A modo de índice hay un apartado con el nombre de “hitos significativos” que menciona las instituciones objeto de estudio y que el paseo enseña. Es una invitación a visitarlos y descubrirlos, a saber, un poco más de sus autores y el contexto de la obra.
4) Texto general, que se distribuye de la siguiente forma o subapartados:
- Las primeras hojas de cada capítulo o paseo exponen aspectos históricos generales de Madrid y de la medicina relacionados con los elementos que describen.
- A continuación, como preámbulo para orientarnos en la ciudad, se comienza dando información urbana, con referencia sobre la calle o calles que deberá seguir el caminante para le llegan a la zona o punto donde se encuentra la institución que se va visitar. Es el eslabón con el siguiente apartado.
- Descripción e información de la institución o edificio que se visita.
- Para evitar repeticiones, algunos temas básicos, a los que se hace referencia en distintos itinerarios, se presentan en forma de cuadros que se intercala en el texto general. Especial interés, son los cuadros de la Cronología de la evolución histórica de la medicina de Madrid, colocados tanto en las guardas de la portada como de la contraportada para facilitar al lector la consulta de hechos y fechas.
- En relación, con las citas y bibliografía que figuran en el texto queremos, resaltar o hacer notar que para alcanzar los objetivos hemos simplificado el contenido, pero sin renunciar al rigor histórico. Para que este pasado sea inteligible y se muestre claramente, debe estar conexionado con el presente. Al mismo tiempo, no hay que sobrevalorarlo, pero tampoco debe quitársele la pátina del tiempo. La visión del pasado cambia con el paso de los años, se transforma, pero sigue alimentando al presente. Para entenderlo, nos hemos documentado en monografías y estudios sobre el tema revisando la prensa ilustrada del momento, principalmente el periodismo médico, además de buscar en los archivos. La utilización de citas exactas, incluso extensas, la consideramos primordial en este trabajo como fuente de información. En una reciente publicación el historiador y académico Diego Gracia afirma: “nunca me ha convencido la tesis, tan frecuente entre escritores y publicistas, de que las citas deben ser pocas y breves, porque en caso contrario merman la originalidad del autor. Nunca lo he visto así. Me he considerado siempre, conforme a la consigna de Bernardo de Chartres” (5). Compartimos el sentido exacto de la afirmación y a ella nos hemos ajustado. Por eso nos parece oportuno recordar el texto de Juan de Salisbury: “decía Bernardo de Chartres que somos como enanos aupados a hombros de gigantes de manera que podemos ver unas cosas y más lejano que ellos, no por la agudeza de nuestra vista o por nuestra elevada estatura, sino porque estamos alzados sobre ellos y nos elevamos sobre su altura gigantesca” (John de Salisbury. Metalogicus IV).
- Ilustraciones. El texto se combina con una colección de ilustraciones. La repetición del proverbio chino de que “una imagen vale más que mil palabras” se ha convertido en un dogma. Hay que darle una interpretación correcta acudiendo a la literalidad del significado: una imagen puede expresar diez mil palabras. En este libro las ilustraciones están subordinadas al texto. Su colaboración hace más notable la narración. Utilizamos planos y fotografías de los edificios.
Nos valemos de planos urbanos como representación esquemática y a escala de la zona del paseo. Figuran al inicio de cada capítulo. En ellos podemos observar la forma, distribución de las calles y la ubicación de los principales edificios. En los paseos del 1 al 8 empleamos el “Plano de Madrid y su término municipal” a escala 1:10.000 realizado en 1910 por el Ingeniero Director de Vías Públicas Pedro Núñez Granés. En el plano aparece destacados en color rojo los edificios públicos más importantes. En los paseos 9 y 10 usamos el plano de “Madrid: plano consultor de calles, edificios nacionales – religiosos y entidades religiosas”. Planos de población. 1945-1950 a escala 1:10.000.
Con la finalidad de ver los edificios que no han sobrevivido al paso del tiempo recurrimos al plano de Pedro Texeira a una escala de 1:1.800. Está considerado el plano de Madrid del siglo XVII más completo. Realizado, en perspectiva caballera, reproduce los edificios de la ciudad contemplados a vista de pájaro con minuciosidad y fidelidad, por ejemplo, los hospitales de la Pasión y el Hospital General llamado de la Anunciación de Nuestra Señora (Fig. 2). Para observar las diversas etapas de la construcción de estos hospitales comparamos varios planos. En el plano geométrico de Madrid de Tomás López (Fig. 3), datado durante el reinado de Carlos III (1759-1788), podemos apreciar el Hospital General dibujado con una bella perspectiva. El edificio, construido por iniciativa de Carlos III para ser Hospital General, fue proyectado por Sabatini como un gran complejo de cinco patios más otros dos, encuadrando una iglesia de planta de cruz griega con fachada a la calle de Atocha y a la glorieta del Emperador Carlos V. Lo construido corresponde solo a uno de los cinco patios principales, por lo que la austeridad de las fachadas se debe a que están concebidas como fachadas interiores y secundarias. Uno de los aspectos importantes que influyeron en la historia tanto arquitectónica como funcional de estos edificios fueron las reformas y obras de prolongación (de 1861 a 1882) que sufrió la calle de Santa Isabel para darle salida al paseo de Ronda. La zona se ordenaba con la creación de dos calles perpendiculares que desembocaban en la calle de Atocha, lo que producía una plaza frente a la fachada principal del hospital. Este espacio servía para alejar las futuras viviendas del Hospital y favorecer la buena ventilación de las salas. Examinando atentamente el plano de Carlos Ibáñez é Ibáñez de Ibero (escala 1:2.000, 1872-1874) en su hoja 15 el Hospital General ya está construido y se aprecia las diversas etapas de construcción de la ciudad porque aparece abierta la calle de Santa Isabel (Fig. 4).
Se hace evidente que fue imprescindible demoler un trozo del «ala de la calle del niño Perdido o ala norte del Hospital general» (hoy Conservatorio Superior de Música), lo que significó la división del edificio del Hospital. Como resultado, la parte del mismo denominada Patio Grande o edificio principal de lo que era el nuevo hospital (actual Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia), principalmente el muro septentrional, se vio afectada, ya que se convertía en fachada principal del edificio y precisaba de reforma. Por razones de higiene, para no causar humedades y garantizar la ventilación e iluminación en los sótanos, se tuvo en cuenta el nivel de la calle en la línea de fachada del hospital. También se mantenía la comunicación entre estos dos edificios mediante el puente de hierro o paso cubierto, que desaparecería con las obras de construcción de la fachada a la calle de Santa Isabel, en 1904, del que entonces era un edificio utilizado en propiedad por la Facultad de Medicina como Hospital Clínico. En 1978 el edificio fue declarado bien de interés cultural (BIC). En 1986 se inauguró el Centro de Arte Reina Sofia con el edificio parcialmente restaurado y en 1988 se creó el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia, que fue inaugurado con la finalización del resto de la rehabilitación del edificio y la instalación de las torres de cristal, en octubre de 1990.
También se recurrió a reproducir fotografías de los distintos instituciones médico-sanitarias. Desde el nacimiento de la fotografía se consideró como documento y base para la ilustración en las obras históricas. Es más, es aceptada como auxilio en los trabajos históricos ya que tienen la insuperable virtud de captar la realidad y adquiere un especial valor como testimonio de edificios desaparecidos. La colección de imágenes que se muestran combinada con un texto se concibió con el fin de facilitar una información histórica y analítica principalmente cuando el edificio ha desaparecido o en la actualidad tiene otro uso.
A modo de colofón, queremos hacer una breve reflexión sobre la importancia tiene para el ejercicio profesional del médico el conocimiento de las Humanidades Médicas y la historia de la medicina en particular. Como se ve a lo largo de estos “Paseos por la Historia de la Medicina en Madrid”, cada época tiene una interpretación tanto de la salud como de la enfermedad y ambas ejercen su influencia tanto en la biografía de las personas y aun en la historia de las sociedades. El médico nunca, desde la antigüedad, ha podido sustraerse al interés de conocer la historia de su profesión. Los investigadores que han estudiado el pasado médico, a lo largo de los siglos, han ido modificando los puntos de vista. Así, la historia de la medicina evoluciona hacia una historia social de la medicina. Como señala Arquiola “la historia de la medicina se constituye como una rama de la historia que pretende analizar los problemas médicos utilizando los métodos de la historia” (6). Que es importante, para la formación del médico, el conocimiento de la historia de la Medicina se evidencia en que su enseñanza en nuestro país comienza en 1828, en el Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Carlos de Madrid (7). La historia de la medicina se incorpora a los estudios de doctorado en 1834. Letamendi en su “Curso de Clínica General”, publicado en 1894, en el volumen 2, en su Aforística general, la máxima 59 dice “Del médico que no sabe más que Medicina, ten por cierto que ni Medicina sabe”. Laín, en el último tercio del siglo se preguntaba al referirse a la frase de Letamendi: “¿Diría hoy lo mismo?” y respondía a su pregunta afirmando que la cambiaría por: “Quien quiera saber medicina dispóngase a saber todo lo que la salud y la enfermedad deben ser para el hombre”(8).
En la primera mitad del siglo XX la medicina clínica tiene categoría científica. Desde la segunda mitad del siglo XX, adquiere importancia la práctica médica basada en evidencia, la bioquímica, desempeña un papel fundamental, al igual que la biología molecular, celular y la genética. La investigación clínica se hace con estudios aleatorizados y la estadística les aporta seguridad y valor.
Se ha tomado como marca de referencia el final de la segunda guerra mundial para señalar tres hechos importantes que se producen en los servicios sanitarios de los países desarrollados. Son el rápido avance de la ciencia médica, el gran aumento del gasto que ocasiona la atención sanitaria y el tercero, la insatisfacción creciente con las prestaciones tanto por parte de los usuarios como de los médicos. En los años 60 del siglo pasado se señala la deshumanización de la medicina científica, y la necesidad de recuperar los valores tradicionales de la profesión a través de la formación humanista del médico. En otras palabras, los profesionales tienen que valerse de conocimientos tanto científicos como de los que constituyen el campo del saber de las “nuevas humanidades médicas”. La definición de Humanidades Médicas presenta dificultades por ser un campo interdisciplinario de medicina, humanidades y ciencias. En el enfoque correcto de las Humanidades Médicas hay que tener en consideración, según D. Gracia, que “la formación de los profesionales de la medicina no será adecuada ni estará completa si al estudio de la salud y la enfermedad en tanto que hechos, naturales y sociales, no se añade un adecuado conocimiento, a la vez teórico y práctico, del mundo de los valores” (9). Siguiendo al mismo autor, estas nuevas Humanidades Médicas tendrán dos niveles. Uno factual o descriptivo que estudia los hechos (históricos, sociales, económicos, etc.) a través de la Historia de la Medicina, la Sociología médica, la Economía de la salud, la Antropología médica y la Psicología médica. El otro o segundo nivel es el análisis de los valores. En ese lugar está la Filosofía de la Medicina (conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano), la Epistemología Médica (teoría de los fundamentos y métodos del conocimiento científico), la Bioética Médica (estudio de los problemas éticos originados por la investigación biológica y sus aplicaciones, como en la ingeniería genética o la clonación) y la Estética Médica.
La Historia de la Medicina es uno de los pilares fundamentales de las humanidades médicas. En la actualidad es aceptada como una especialidad que requiere de educación formal para obtener un cuerpo de conocimientos y elementos que permitan abordar los problemas histórico-médicos científicamente.
La figura de Laín Entralgo y su escuela fue fundamental para que la investigación histórica alcanzase la excelencia en nuestro país. Sus trabajos son muchos y muy importantes. Hasta mediados del siglo XX, según D. Bates (10) la Historia de la Medicina tenía “la función de celebrar la historia de los descubrimientos y encontrar un custodio de su genealogía”. Desde mediados del siglo XX es la historia de todos los aspectos prácticos del ejercicio de la medicina. La vida y obra de los grandes médicos, el desarrollo de las profesiones sanitarias, de las ciencias médica, de la asistencia, de la salud pública, de la medicina preventiva e incluso historia desde abajo o del paciente o medicina narrativa. Las humanidades médicas, resultan hoy imprescindibles para analizar los factores que influyen de forma decisiva en la aparición de las enfermedades y en las prácticas clínicas que las combaten. Sin ese análisis de valores es imposible aplicarle el dicho de Edmund Pellegrino (1920-2013): “La medicina es la más humana de las artes, la más artística de las ciencias y la más científica de las humanidades”.
El texto de Laín (11), “Importancia del estudio de la Historia de la Medicina”, expresa claramente que su estudio proporciona al médico desde el punto de vista intelectual, dignidad moral, claridad, libertad, opción a la originalidad, voluntad de emulación, invención completiva y recuerdo de lo olvidado. Queremos hacer hincapié, en que la dignidad moral del agradecimiento, solo es posible con el conocimiento de quienes y como se produjeron los avances médico-sanitarios y el recuerdo de lo olvidado permite recuperar, conocer y conservar los orígenes quiénes fueron y de qué construyeron los que nos antecedieron. Laín concentra el valor de la Historia de la Medicina utilizando la comparación de Horacio (“El Arte Poética o Epístola a los Pisones”) acerca del papel de la piedra de afilar o “muela, que es capaz de dar filo al hierro, aunque ella no pueda cortar”. Los conocimientos históricos-médicos no sirven para curar, pero hace que el médico sea mejor.
AGRADECIMIENTOS
Nuestro agradecimiento a las numerosas personas, cuyas aportaciones nos han ayudado a desarrollar esta obra y convertirla en una realidad. Por supuesto, damos las gracias a la editorial Sanitaria 2000, y en especial a su director el Dr. José María del Pino, que ha puesto el mayor entusiasmo en el proyecto y se esforzó por conseguir una cuidada tipografía.
BIBLIOGRAFÍA
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- Rosen G. La política económica y social en el desarrollo de la Salud Pública: Intento de interpretación. En: Medicina Social. Estudios y Testimonios Históricos. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo; 1984, volumen suplementario I, p. 65.
- Barnett R. Anatomy of the city. London : Strange Attractor Press; 2008.
- McLuhan M. La Galaxia Gutenberg : Génesis del homo typographicus. Barcelona : Planeta; 1985.
- Gracia Guillén D. El poder de lo real: Leyendo a Zubiri. Madrid : Triacastela; 2017, p.25.
- Arquiola E. La historia de la medicina para el médico de hoy. Jano1985; 649: 37-44.
- Gracia Guillén D. Siglo y medio de Historia de la Medicina : Balance y perspectiva. Arc. Fac. Med. Madrid 1980; 2: 49-69.
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- Gracia Guillén D. El sentido de las Humanidades médicas. Jano 2006; 1620 septiembre: 22-28.
- Bates G. Teaching Medical History to medical students : The McGill Experience; 1966-1981. En: Bylebil J, editor. Teaching the History of Medicine at a medical center. Baltimore : The Johns Hopkins University Press; 1982, p.125-135.
- Laín Entralgo P. Importancia del estudio de la Historia de la Medicina. Universidad de Chile, Centro de Investigaciones de Historia de la Medicina,1962.
DECLARACIÓN DE TRANSPARENCIA
El autor/a de este artículo declara no tener ningún tipo de conflicto de intereses respecto a lo expuesto en la presente revisión.
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Fernando López-Ríos Fernández
Real Academia Nacional de Medicina de España
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Año 2019 · número 136 (02) · páginas 211 a 217
Enviado*: 28.05.19
Revisado: 07.06.19
Aceptado: 29.06.19
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