Año 2024 · Número 141 (01) · Supl. 01

Enviado: 26.09.23
Revisado: 30.09.23
Aceptado: 14.10.23

Medalla de Honor a la Excma. Sra. Dª Esther María Koplowitz y Romero de Juseu

DOI: 10.32440/ar.2024.141.01.supl01.art05

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Excmo Sr Presidente de la Real Academia Nacional de Medicina, Excma. Sra. Presidente de la Real Academia de la Historia, Excelentísimos Señores Académicos, Señoras, y Señores:

Mis primeras palabras son, de profundo agradecimiento, a la Institución, que me ha otorgado este reconocimiento. Es un grandísimo honor recibir esta medalla que no merezco, pero me atrevo a aceptarla, en nombre de todas aquellas personas, a las que haya podido ayudar a través de la medicina a lo largo de mi vida.

Debo decir, que me impresiona, enormemente, ser objeto, de este reconocimiento, por parte de esta Academia, que tiene su origen en el Madrid de mediados del siglo XVIII, convirtiéndose en la actual Real Academia Nacional de Medicina, en 1861.

Esther María Koplowitz

En especial, quisiera agradecer vivamente, la generosidad, con la que se ha expresado, el académico Pedro Guillén para apoyar la concesión de esta distinción.

Comenzaría, expresando, mi extraordinario respeto por la milenaria profesión de médico, haciendo referencia a uno, a quién mi padre mencionaba; cuando nos transmitía a mi hermana y a mí, con éxito, su obsesión por la higiene.

Me refiero a Maimónides, quién impartió sus enseñanzas hace casi mil años, en muchos casos adelantándose siglos a su tiempo y que escribió un total de diez tratados, sobre diversos aspectos de la medicina.

Particularmente interesante, resulta su tratado sobre la higiene, donde recomienda, el baño frecuente, ocho horas de sueño, ejercicio físico y da reglas, para una alimentación saludable, señalando, ya entonces, la eficacia terapéutica del caldo de pollo.

Sus palabras; “Por eso el hombre ha de apartarse de las cosas que dañan el cuerpo, usando aquellas que pueden sanarlo y fortalecerlo” tienen absoluta vigencia hoy día, o su énfasis, en la medicina preventiva, al decir: “la orientación del hombre sano con el fin de que no contraiga enfermedades es mucho más importante que la curación del enfermo”.

Hace muchísimos años, siendo una niña, fue mi madre quién despertó en mí la vocación de ayudar al ser humano.

Solía ir con ella los días de Nochebuena, a visitar las residencias de mayores, llevándoles unos regalos y acompañándoles en esos días. Eso hizo, que percibiera, desde la niñez, la imperiosa necesidad de ayudarles, mejorando su situación y su estado de ánimo, lo cual debería conducir, a mejorar su salud, elemento que es esencial en la vida de dicho colectivo.

Descubrí que sólo al cogerles una mano, con cariño y amor, su actitud cambiaba y seguramente todo su organismo respondía positivamente.

Era algo, . . . , realmente mágico. . . .

Se vivía entonces, una época de penuria y escasez, por lo que toda ayuda parecía poca y esa sensación, generó en mí, cuando las circunstancias me lo permitieron, un deseo de ayudar que me llevó a actuar en diversos ámbitos generalmente relacionados con la salud de los mayores y de las personas con distintas capacidades.

Muy pronto, decido dirigir buena parte de mi actividad filantrópica, hacia la medicina y concretamente hacia la investigación biomédica, a sabiendas, de que el recorrido, entre la inversión en investigación, y la recogida de sus frutos, es un camino largo e incierto.

Me ayudó a tomar esa decisión, el poder de persuasión de médicos ilustres entre los que quisiera mencionar al anterior Presidente de esta Academia, Profesor Joaquín Poch Broto y a los académicos Guillén, Arango, Fernández Cruz y muy especialmente, al Doctor Rafael Echevarría de Rada, en Madrid. Así como al Doctor Antonio De Lacy y al Profesor Vicente Arroyo en Barcelona.

Quisiera, subrayar mi deseo, de continuar la labor filantrópica realizada, en la medida de mis posibilidades, apoyando nuevas iniciativas que puedan ayudar al avance de la medicina.

Termino, reiterando, mi profundo agradecimiento a esta Real Academia Nacional de Medicina y en especial a su Presidente, el Excmo. Sr. D. Eduardo Díaz Rubio, por haberme concedido la Medalla de HONOR de esta Institución.

Muchísimas gracias.

DECLARACIÓN DE TRANSPARENCIA

El autor/a de este artículo declara no tener ningún tipo de conflicto de intereses respecto a lo expuesto en el presente trabajo.


Si desea ver la conferencia pronunciada por su autora puede hacerlo a través de ranm tv en el siguiente enlace
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Autor para la correspondencia
Esther María Koplowitz
Real Academia Nacional de Medicina de España
C/ Arrieta, 12 · 28013 Madrid
Tlf.: +34 91 547 03 18 | E-Mail: Email de correspondencia
Anales RANM
Año 2024 · número 141 (01) supl01: 23-24
Enviado*: 13.11.18
Revisado: 20.11.18
Aceptado: 18.12.18
* Fecha de lectura en la RANM